Fue concebida en
Sevilla en el año 1703 en la mente de un sacerdote capuchino de gran devoción
mariana conocido como Fray Isidoro de Sevilla. Este capuchino le encargó un
lienzo con tal representación al artista Alonso Miguel de Tovar de la Escuela
pictórica sevillana y escribió La Pastora Coronada (Sevilla, 1705) en la que
expuso su idea predicable de la Virgen en traje de pastora.
La descripción que
dio el sacerdote al artista para que realizara la obra es la siguiente:
En el centro y bajo
la sombra de un árbol, la Virgen santísima sedente en una peña, irradiando de
su rostro divino amor y ternura. La túnica roja, pero cubierto el busto hasta
las rodillas, de blanco pellico ceñido a la cintura. Un manto azul, terciado al
hombro izquierdo, envolverá el entorno de su cuerpo, y hacia el derecho en las
espaldas, llevará el sombrero pastoril y junto a la diestra aparecerá el báculo
de su poderío. En la mano izquierda sostendrá al Niño y posará la mano derecha
sobre un cordero que se acoge a su regazo. Algunas ovejas rodearán la Virgen,
formando su rebaño y todas en sus boquitas llevarán sendas rosas, simbólicas
del Ave María con que la veneran...
El 8 de septiembre
de 1703, durante la fiesta de La Natividad de la Virgen, se realiza la primera
procesión en que es mostrado el lienzo a la feligresía. Posteriormente,
Francisco Ruiz Gijón, esculpió la primera imagen tamaño natural de la Divina
Pastora. Esta imagen es llevada en su primera procesión en octubre de 1705, con
gran solemnidad, hasta la iglesia parroquial de Santa Marina, que para el
momento constituía la novena sede de la Primitiva Hermandad del Rebaño de
María.
Son muy populares
las representaciones de esta advocación en Andalucía, por ser principalmente
una devoción extendida desde Sevilla a todo el territorio andaluz, algunas
cuentan con mucha antigüedad y tradición.
Propagación de la
devoción
A partir de 1705,
se comenzó a propagar por todos los territorios del reino de España y América
esta advocación mariana. Un papel importante en esto tuvo el Beato Diego José
de Cádiz.
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